Después de todo lo que he vivenciando en esta nueva etapa de mi vida, me doy cuenta que todos nos paramos sobre EL TIEMPO.. se me pasa la hora, qué poco tiempo, como está tardando, etc., pero no reparamos en EL MOMENTO que se pasó.. en una linda caricia, en un abrazo, en la hermosa charla, etc.
Le damos un inmenso valor al tiempo..."el tiempo se me pasa" es la queja general y sí, obviamente el tiempo pasa porque es infinito, no se detiene, le ponemos un sistema de horario que no hace más que limitarnos a algo (la hora), para demostrar que en la vida, todo tiene un inicio y todo tiene un fin.
Que pasaría si en vez del TIEMPO, nos fijaríamos en EL MOMENTO. Si lo miramos bien, la vida se manifiesta en MOMENTOS, buenos, malos, pequeños o grandes MOMENTOS.
Cuando estamos vivenciando algo (el momento) y se termina, no prestemos atención AL TIEMPO, presentemos atención y mucha, a lo que vivimos, sentimos y en la intensidad que fue.
Por qué.??...
Porque EL TIEMPO va a seguir su curso inexorable y esto incluso puede dejarnos una sensación de vacío o pérdida.. pero EL MOMENTO siempre va quedar... en la mente, en la consciencia, el corazón o en nuestro recuerdo.
Queda en nosotros ver en qué lugar guardamos esos recuerdos...
Un sabio dice.. "atesoremos los momentos buenos, y los malos los desechamos, luego de sacar el aprendizaje del mismo”.
Escrito por: Pedro Zamora, Compañero de Camino