Nunca había meditado en grupo, ni a cielo abierto, ni en Luna Llena.. sentía una emoción inexplicable por estar allí pero nunca me hubiese imaginado lo que iba a vivir, dando inicio a una serie de experiencias, que como un rompecabezas, no vería su Imagen hasta que se haya puesto la última pieza.
Como preludio, debo decir que antes de realizar ese viaje a Egipto, nos enteramos con mi esposo que estábamos embarazados! Dudamos mucho de si debía o no realizar el viaje, pero finalmente decidimos que si, porque caso contrario, no podría viajar por lo menos en dos años más jajaja.
Ese día viajamos desde El Cairo a Aswan, y en la tarde nos embarcamos hacia una playa cercana para realizar nuestra primera gran actividad: presentarnos al Río Nilo y pedirle su bendición y permiso para iniciar nuestro viaje.
Aquí re-cordé muchas cosas. Si la sangre en el cuerpo humano contiene toda nuestra información ancestral, de linaje terrenal y el conocimiento espiritual, el agua en el cuerpo de la Tierra es su equivalente. Es ahí que entendí cuando Matías dijo que una vez que hemos recibido la autorizacion del territorio, tenemos que conectarnos con sus aguas porque allí es donde se encuentra toda la información.. el agua es la gran biblioteca.
De hecho, esto ya estaba profesado en el conocimiento antiguo de aquella increíble civilización.. sus textos antiguos decían: “En el inicio, solo existían las profundas y obscuras aguas de Nun“.
En consecuencia, los egipcios creían que el Río Nilo se correspondía con la columna vertebral del cuerpo de ese territorio, por lo que los principales templos fueron REconstruidos a lo largo de su vertiente para indicar sus centros energéticos o chakras y cuyo recorrido, correspondía al camino de formación que los iniciados realizaban en su proceso de perfeccionamiento.
Armonizamos nuestra vibración mediante mantras y entramos al Río.. allí, con nuestros pies sumergidos, tomamos sus aguas en nuestras manos y la bendijimos.. luego la vertimos sobre nuestro corazón, nuestro tercer ojo, nuestro chakra corona, y en nuestra espalda. El sentimiento de armonía fue maravilloso.
No obstante, al poco tiempo, comencé a sentirme muy extraña.. me sentía con nostalgia, con tristeza y pero al mismo tiempo, sentí que algo se activó en mi ser..
En ese momento pensé: “fue el Río Nilo, definitivamente es un lugar muy sagrado”, me dije.. pero luego mis Maestros me explicaron que en realidad, la esencia de cada persona despierta sus conocimientos cuando vuelve a tomar contacto con algún lugar que le marcó en su desarrollo espiritual, y eso fue lo que me había pasado. Egipto despertó una parte importante de mi, pero una vez que eso sucede, te encuentras con la primera gran enseñanza:
”Todo lugar es sagrado, pues lo sagrado lo llevas dentro de ti”.
Y así comenzó una gran aventura.
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