Meditar es poner todo tu ser en el pleno presente.. pero eso no basta..
Cuando oramos con todo nuestro ser, dirigiendo nuestra mente y corazón hacia el amor más inconmensurable que es Dios, y le pedimos que guíe nuestro camino, se crea una fuerza inexplicable que cambia el rumbo de nuestros destinos.
Aún así, esto es tan solo el inicio, pues cuando la puerta se abre y el camino se ilumina, quién lo recorrerá?
La creación de sabiduría está en la travesía.
Recorrer esa senda alimentando constantemente la poderosísima energía de la Fe, nos devela el verdadero significado de la palabra “milagro”, pues todo sucede en el momento justo, aparece la persona correcta, encuentras la respuesta de forma inesperada, los problemas resultan en aquello que necesitábamos que suceda para no equivocarnos.. es decir, todo comienza a tener un sentido.
Sin embargo, llegan también grandes retos a nuestro Camino..
1. Podemos observar con serenidad cómo nuestra antigua vida se desmorona, para que pueda nacer una nueva?
2. Podremos crear el discernimiento para saber que nadie puede caminar el Camino por mi? Ni seres de luz ni de otro planeta, ni los cristales ni los mantras ni los códigos numéricos ni los decretos ni la canela en las esquinas ni todas las meditaciones juntas. Las cosas suceden cuando yo me pongo en movimiento, cuando ejecuto las acciones que me corresponden de la mejor manera que me sea posible en mi nivel de conciencia. Rezar es importante, pedir guía es importante, pero “hacer” lo que me corresponde es más importante aún.
Caso contrario, me pierdo en la Espiritualidad de la fantasía, esa que me hace evadirme de mi mismo y de mi rol en el espacio y tiempo en este plano en el que hemos encarnado, para mejorarnos a nosotros mismos y a la Creación.
Encontrar la palabra correcta o el silencio correcto.. encontrar la acción correcta o la quietud correcta.. lograr generar el pensamiento correcto o la blanca serenidad de la mente, se denomina Maestría del Ser.
Saber identificar el momento que a cada una corresponde, se llama Sabiduría.
3. Tener el valor de dejar de huir de mis errores y de atribuirle la culpa de mis problemas o defectos a otros y comenzar a mirarme sin juzgamiento pero manteniendo viva la autocrítica.. caso contrario es imposible mejorar.
4. Aprender a mirar el pasado sin vergüenza sino con gratitud porque es ese sufrimiento el que me dio impulso para transformar mi Camino.
5. También tener la humildad de saber que no todo lo malo que me pasa es mi responsabilidad ni todo lo bueno que llega a mi es porque yo lo he generado.. cosas malas suceden producto de la interacción de otras consciencias y cosas buenas suceden muchas veces por la intervención divina.. mantener el centro o el balance, surge cuando dejamos de pensar tanto en las causas, miramos con aceptación o gratitud los hechos y nos enfocamos en que lo que esté en nuestras manos, hacerlo de la mejor manera nos sea posible.
Así, dejo de mirar el camino del otro y me enfoco en el mío propio y comienzo a forjar mi Espíritu.
Hacer esto significó en mi vida recuperar la paz en mi interior.. cuando hay paz en nuestro corazón, nuestra energía regresa a nuestro Ser y se pone a nuestra disposición.. y alli, queridos hermanos, comenzará un capítulo completamente nuevo y diferente, en tu Camino hacia las Estrellas 🙏🏼✨
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