El Árbol de la Vida esconde los secretos de la Creación y de la relación del Ser Humano con Dios.
Gracias a este maravilloso conocimiento entregado por los místicos del pueblo Judío a través de la Kabbalah, entenderemos la importancia de la integración y el balance como fuente de ascensión hacia los mundos superiores.
Comencemos por el inicio:
QUÉ ES LA CABALÁ?
La Kabbalah, Cábala o Cabalá es una rama del conocimiento místico judío que explora los significados profundos de la Torá (que son los primeros libros de la Biblia).
Era una tradición oral pero en el S. XIII se recogió en ciertos libros del cuales el Zohar o Libro del Esplendor, es el más importante y se considera su base.
El término Cabalá provenie del verbo hebreo lekabel, que significa recibir. Quién recibe? El ser humano que está dotado de la capacidad de recepción. Esta capacidad está determinada por la raíz del alma (la unión innata que todo ser humano tiene con Dios), pero depende del libre albedrío ampliar esta capacidad heredada por el Padre.
DIOS DE ACUERDO A LA CABALÁ
Dios tiene una faz infinita, incognosible, innaccesible al hombre; y otra manifiesta, activa, a través de la cual el ser humano se relaciona con el Creador.
Este símbolo, representa el Ein Sof o el aspecto infinito de Dios antes de la Creación. Una nada incognosible.
Luego Dios se manifestó a través de la Creación, dando origen al Árbol de la Vida y sus 10 Sefirot o dimensiones de energía. De acuerdo a la Cabalá, el ser humano debe tener la humildad de aceptar que si bien es cierto que captar la infinitud del Crador está fuera de su alcance, debe descubrir que puede relacionarse con Él a través de entender sus fuerzas ocultas en su Creación, y al ser nosotros parte de esa creación, Él vive en nosotros.
LOS CUATRO MUNDOS Y EL ÁRBOL DE LA VIDA
El Árbol de la Vida nos permite analizar los Misterios de la Creación del Universo (Maasé Bereshit), como los misterios del Alma Humana (Maasé Merkaba), pues nos recuerda que toda la Creación se generó como un fractal de la energía de Dios.
De esta manera, las 10 Sefirot o Esferas del Árbol de la Vida, corresponden a dimensiones de energía que se generaron en las diferentes etapas del proceso de manifestación de la energía divina.
De esta manera, encontramos que:
- En Atsiluth o Mundo de la Emanación Primigenia, se encuentran las Sefirots de Keter, Jojmá y Biná.
- En Beriyaho Mundo de la Creación, se encuentran las Sefirots de Jesed, Guevurá y Tiferet.
- En Yetsirah o Mundo de la Formación, se encuentran las Sefirots de Netzaj, Hod y Jesod; y,
- En Assiah o Mundo de la Acción, se encuentran las Sefirá de Malhut.
EL ÁRBOL DE LA VIDA Y LAS 10 SEFIROT
A menudo, el Árbol de la Vida se representa invertido, de forma que sus raíces están en el Cielo, mostrando que existe un solo origen, una única fuente en todo lo creado.
Las Sefirot son las 10 emanaciones de Dios, representan la progresión del Dios infinito hacia el Dios manifiesto. Son por tanto dimensiones de energía.
Al mismo tiempo, cada Sefirá es símbolo de un aspecto de la relación del ser humano con Dios.
KETER: LA CORONA
En Cabalá se dice que Keter es como la luna: hay una parte que "vemos" gracias a la luz del Sol (Ein Sof) y otra que se encuentra oculta al ser humano.
Conectamos con Keter cuando conectamos con la "vida", cuando entendemos que el proceso de crecimiento es infinito pero sentimos gratitud por la oportunidad de vivir esta existencia finita.
En Keter se encuentra la voluntad Divina. Cuando conectamos con Keter, armonizamos nuestra voluntad o libre albedrío, con la voluntad del Creador, y así entendemos nuestro rol en la Creación.
En Keter se encuentra nuestro Espíritu: nuestro ser esencial, nuetra identidad real que opera en todas las dimensiones, por tanto, una ascensión en cualquier dimensión, modifica el Keter de la Persona.
JOJMA: LA SABIDURÍA
Es la primera emanación que crea el aspecto masculino de la existencia, la que tiene la mayor acumulación de energía para "entregar".
Para la Cabalá, la Sabiduría (Jojmá) tiene dos niveles: una sabiduría superior (Jojmá Superior) en donde se encuentra la intuición; y una sabiduría inferior (Jojmá Inferior) donde se encuentra la razón. La diferencia entre ambas es la velocidad, pero si están aplicadas de la forma correcta, deben llevarnos al mismo resultado.
BINÁ: LA INTELIGENCIA
Biná es la primera emanación que crea el aspecto femenino de la creación.
Biná organiza la Sabiduría para poder ser captada por la mente. Mientras más desarrollemos nuestra organización mental, mejores elecciones realizaremos potenciando nuestro futuro. Esto es la inteligencia: elegir de la mejor manera posible entre las opciones disponibles.
Por eso en Cabalá, el pasado es Jojmá y el futuro es Biná.
Aquí un punto interesante: la Cabalá nos dice que Keter-Jojmá, es una relación que se establece en el mundo de la Unidad. El aparecimiento de Biná establece una nueva relación, que es la capacidad de la fragmentación para poder descender a la realidad y luego retornar la energía para nutrir a Jojmá. Aquí se produce por tanto la fragmentación de la Unidad.
DAAT: EL CONOCIMIENTO
En Cabalá, la primera letra de una palabra le da su energía fundamental: en este caso es la letra dalet. Ésta letra está relacionada con la palabra delet o puerta. El conocimiento es una puerta por la que debemos ingresar.
La unión de Jojmá y Biná dentro de el Daat, es la conexión entre la energía del pasado y del futuro. Por tanto Daat está en el presente. La puerta está en el Presente.
Si recordamos las sefirots anteriores, decíamos que Jojmá se limita en Biná. Biná tiene 50 puertas de entrada. Estas puertas operan en Daat, que en realidad son 49 y la número 50 se abre cuando las 49 se han abierto.
Los 49 caminos del conocimiento resultan de la combinación de las 7 dimensiones inferiores entre sí (7x7). Es decir, cuando el ser humano comprende e integra el conocimiento de cada sefiráy su relación con cada una de las demás sefirots del Árbol de la Vida. Por eso, este árbol se encuentra representado con varias líneas de unión.
En Daat sentimos la conexión entre los mundos superiores e inferiores.
JESED: LA MISERICORDIA
Jese tiene una importante conexión con Jojmá: La Sabiduría, pues se encuentra en la columna derecha del Árbol, que representa la energía masculina, la parte del ¨dar¨.
El sabio no es quien acumula conocimiento sino quien lo entrega. Y debe hacerlo pues si no entrega, no crea espacio para "recibir". También el no entregar o compartir, implica la acumulación para sí mismo, y en el caso de los místicos esto puede significar explotar por exceso de luz, y en el caso de ser mundano, implica el resquebrajamiento de su vasija interior (compuesta por los cuerpos sutiles y el cuerpo físico).
De acuerdo a la Cabalá el acto de mayor misericordia fue la del Creador al entregar una existencia real en forma temporal a seres con un grado de autoconsciencia a imagen de Sí Mismo. Por tanto, en el judaísmo la vida es sagrada y protegerla en todas sus formas, es el mayor acto de misericordia que puede expresar el ser humano.
GUEVURA: LA FORTALEZA
En Guevurá recibimos lo que nos dan, pero recibimos con ciertos límites para poderlo recibir adecuadamente.
El mundo de la fragmentación es el mundo de los límites. El "otro" y los "otros" me limitan y a su vez no deben transgredir mis propios límites.
El ser humano autenticamente fuerte es el que se conoce y se domina a sí mismo, es decir, el que puede ponerse límites. Por tanto, para trascender esta Sefirá debo ejercer mi libre albedrío hasta cierto límite y debo limitar todas mis acciones para no herirme y no herir a los otros.
Guevurá es la esfera de la autocorrección, del mérito y de la virtud, que en hebreo se dice midá, que significa medida. Por tanto, el virtuoso es aquel que actúa bajo el conocimiento de los límites.
TIFERET: LA BELLEZA
Tiferet corresponde al centro del Árbol de la Vida. La mejor definición de Tiferet es "Amor".
Tiferet responde a la pregunta: Quién soy? Pero cómo puedo saber quién soy si no amo. Tiferet es mi verdadera identidad más allá de condicionamientos exteriores.
Tiferet se encuentra en el balance entre la Misericordia y los Límites, y el verbo que mejor la define es "compartir", que es dar pero con límites. La única condición del Amor, es amar al prójimo como a ti mismo.
La Cabalá dice que Tiferet es Keter en el espacio físico de cada ser humano, y por tanto, forma la médula espinal del Árbol de la Vida, es la unión entre la infinitud y la finitud.
NETZAJ: LA VICTORIA
Es el mundo del lenguaje emocional no estructurado: cuando el alma expresa de forma pura su sentir. Un ejemplo de eso son todas las artes: el canto, el baile, la pintura, la escultura, etc., pero también un abrazo, una mirada, el llanto, la sonrisa.
En esta dimensión "somos lo que sentimos", por lo tanto, alcanzamos la victoria cuando logramos expresar lo que sentimos. Es cuando el amor de Tiferet tiene que bajar a la realidad y por ello la dimensión de Tiferet encuentra su primera manifestación en Netzaj.
HOD: LA GLORIA
Hod restringe el lenguaje emocional de Netzaj para llevarlo al lenguaje estructurado: es decir es la expresión del alma a través de las palabras.
Sin embargo, toda estructura representa un problema pues deja fuera de sí el contenido más amplio de los sentidos. Por ejemplo cuando decimos: creo en ti, estoy orgulloso de lo que has hecho, te quiero, etc., sentimos que esas palabras no logran expresar completamente todo lo que llevamos dentro.
En consecuencia, la Cabalá nos dice que todas las palabras mienten en algún sentido. En esta esfera, la verdad es humana y por tanto es solo una perspectiva de la verdad. No obstante, la transgresión en Hod es la mentira intencional y las palabras que hieren o causan conflictos.
Los cabalistas sabían que la palabra tiene poder, pues canaliza la luz más elevada que proviene del campo energéticos de la triada superior de Jesed - Guevurá - Tiferet.
JESOD: EL FUNDAMENTO
Jesod representa mi identidad en relación con los demás. Los "otros" me condicionan, me moldean, porque mi identidad se encuentra en constante cambio y evolución a través de la interacción con mi entorno.
El problema de Jesod aparace cuando la autoimagen de mi identidad se encuentra completamente alejada de mi identidad real que se encuentra en Tiferet.
También Jesod representa los impulsos sexuales porque representa la vida: es el punto en donde las columnas de energía masculina y femenina se vuelven a unir. Por tanto, representa la encarnación del ser humano en la fisicalidad.
La autoestima se encuentra en Jesod: en donde tengo consciencia de los condicionamientos que han construido mi identidad, pero logro conectarme con el amor más elevado que me muestra mi verdadera naturaleza del SER.
MALJUT: EL REINO
Es el resultado de la mayor fragmentación y de la mayor densidad de la energía. Esta es la dimensión de la experiencia material, pero debemos recordar que el Ein Sof se encuentra en todas las dimensiones, incluso dentro de la realidad material, donde se expresa la máxima fragmentación.
La materia se encuentra dentro del mundo espiritual porque todo es esencia del Ein Sof.
Cada dimensión oculta a la dimensión anterior. Por tanto, Maljut es la vestimenta última de ocultamiento del Ein Sof, pero no por ello deja de ser un tipo de revelación de Dios.
La transgresión en esta dimensión es ver a la materialidad desconectada de sus energías ocultas. Por tanto inicia un tipo de idolatría a la materia y a la acumulación.
Finalmente, Maljut pese a todas sus limitaciones, es la Sefirá del Mundo de la Acción, donde fpodemos poner en movimiento las energías de todas las esferas anteriores de forma simultánea, y por tanto es el Reino de Keter.
Para escuchar la explicación completa del Árbol de la Vida, te invito a escuchar el siguiente video:
Maasé Bereshit: El Misterio de la Creación, Mario Javier Sabán, Buenos Aires, 2012.
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